Solamente con pensar en aquella sensación me tiembla todo el cuerpo. Me sentía cómodo, seguro de sí mismo, de lo que pensaba, de todo lo que le decía.Nada importaba, bastaba el momento y lo que estábamos viviendo.
Lástima, todo fue un sueño, una historia que, como todas, tuvo que llegar a su fin. Una historia con punto y final.
Me pregunto, si algún día podremos temblar como lo hacíamos.
Buenas noches.
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